A través de los rasgos de la escritura de un niño se pueden conocer sus características, y en base a ello se pueden prevenir posibles trastornos de personalidad y corregir problemas de lecto-escritura El cerebro manda un mensaje a la mano para escribir y la mano envía un mensaje al cerebro cuando escribe
La repetición disciplinada de un gesto gráfico incide en la actitud mental de quien lo recibe. De este modo, si se reconocen señales de alarma en la letra de un niño o sus dibujos, como falta de atención, inseguridad, complejos, angustia e introversión, se puede trabajar para convertir estas señales en más concentración, seguridad, mejor autoestima.
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